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Tu primera respuesta podría ser que las grandes empresas siempre ganan sobre las startups en el campo de la innovación tecnológica, pero te daremos unas razones que te harán dudar sobre quién lleva las principales ventajas competitivas.
CUANDO HABLAMOS DE adoptar tecnologías disruptivas para crear nuevos modelos de negocio lo primero en lo que pensamos es en las soluciones que ofrecen los grandes jugadores del mercado, aquellas empresas que históricamente han dominado los segmentos donde compiten gracias a los recursos de los que disponen para introducir nuevos productos y estar en el top of mind de los consumidores, lo que representa una gran ventaja para mantener o incrementar su cuota de mercado.
Históricamente y en casi todos los sectores económicos, las grandes marcas han ocupado los principales espacios de distribución y consumo, sin que esto signifique que lo hayan hecho de manera inapropiada, sino todo lo contrario: muchas de ellas han innovado a lo largo del tiempo, adaptando sus modelos de negocio, y construido fuertes relaciones con clientes y proveedores, con lo que suelen tener eficientes sistemas de producción, basados en economías de escalas, y con alcance global. Hay que decirlo claramente: el sueño de casi todos los emprendedores es crecer sus proyectos hasta convertirlos en empresas relevantes en el mercado.
Pero las cosas
han comenzado a cambiar y muchas empresas dominantes se han visto sumergidas en una espiral de cambio constante. ¿O acaso es una coincidencia que Ford, por ejemplo, hada decidido comenzar a construir un nuevo modelo de negocio basado más en la movilidad inteligente, y no solo quedarse como un armador de vehículos? ¿Será que la llegada de nuevos competidores que antes no tenía en el mapa — quién habría imaginado que Google e Intel, por ejemplo, iban a participar en el desarrollo de autos autónomos — lo han obligado a buscar nuevos nichos de negocio?
Y no es la única. Lo mismo le ocurre a muchas de las empresas que dominaron sus sectores, en especial las que tienen que ver con el desarrollo de productos y soluciones altamente tecnológicas.
En pleno curso de la Cuarta Revolución Industrial, la tecnología ha retado a las formas tradicionales de producción, y lo ha hecho a través de un universo de nuevos jugadores que han asimilado el potencial de las nuevas herramientas para crear nuevas maneras de producir.
Pese a ello, no es fácil para las empresas pequeñas y medianas (pymes) proveedoras de tecnología — y desde luego para las startups — hacerse de un lugar en la industria, pues su escasa reputación y limitadas relaciones con clientes, así como el alto riesgo financiero con el que operan, entre otros, son factores que les juegan en contra a la hora de intentar copar espacios en la industria. Por otro lado, su operación altamente flexible y — en el caso de las startups — su vocación innovadora, entre otras, les dan herramientas para competir con el rival que sea.
En una economía digital, ¿Qué tipo de proveedor tecnológico le conviene a una planta industrial? Para responder esto, hay diversas consideraciones que un cliente debe tomar en cuenta al analizar el tipo de solución tecnológica que está buscando para optimizar sus procesos. Aquí presentamos algunas ventajas y desventajas en las pymes y en las startups frente a los grandes jugadores.
A favor
Flexibilidad: Reacciono rápido y bien
Las empresas pequeñas — y en especial las startups — son más ágiles en sus procesos y muchas veces en el desarrollo de sus soluciones. Sus decisiones de gobierno tienden a ser locales y, en general, suelen reaccionar más rápido frente a las necesidades de los clientes. En el caso de las startups, este aspecto suele ser el secreto de su éxito y la llave para transformar y adaptar rápidamente su modelo de negocio.
Alto nivel de personalización: enfoque en el cliente
Las empresas pequeñas tienen la capacidad de desarrollar soluciones personalizadas a los procesos más críticos del negocio de sus clientes potenciales, dándoles herramientas que se adaptan perfectamente a sus necesidades. Y suelen hacerlo en plazos relativamente cortos (2 meses o menos). A diferencia de las grandes empresas, cuyas plataformas suelen estar diseñadas, generalmente, para que el cliente adapte sus procesos (y a veces lo hacen con el argumento de que eso es lo que más le conviene, aunque en realidad la razón de fondo sea, quizá, incapacidad para reaccionar rápido y eficiente).
El personal: humanos con alta sensibilidad
Trato personalizado y con mejor atención. Son grandes ventajas de las pequeñas, donde las relaciones entre los compañeros de trabajo y los dueños llegan a ser más cercanas y, probablemente, estos desarrollen un conocimiento más profundo en todos, o casi todos, los procesos del negocio, además, por supuesto, muestran una mayor lealtad hacia su compañía, lo que sin duda se reflejará en el servicio al cliente como un valor añadido.
Innovación rápida
Esta es una característica de las startups, más que de las pymes, y tiene que ver con la capacidad que tienen para introducir soluciones novedosas al mercado, gracias a su rápida ideación y ejecución. Su modelo de negocio en este aspecto es tan relevante que muchas empresas grandes suelen copiar los modelos de operación de las startups para lanzar sus propios spin-offs, algo que les permite recopilar información de valor en la fase de prueba y error de una solución.
En contra
Financiamiento: el eterno círculo vicioso
Siempre ha sido el eterno dolor de cabeza de las empresas pymes — y también de algunas startups — a la hora de hacer negocios. Su escaso historial crediticio, alto riesgo operativo, incertidumbre económica y vulnerabilidad, por ejemplo, son factores que las ponen contra la lona a la hora de intentar conseguir fondeo para sus proyectos y, en consecuencia, puede estancarlas.
Capacidad operativa: No alcanza para todo
De la mano del financiamiento está la limitada capacidad que tiene una empresa pyme para atender proyectos agresivos o de mayor alcance. Sencillamente, de nada sirve tener un gran producto o solución si, por ejemplo, no tiene la suficiente capacidad productiva para atender las necesidades de sus clientes, y esta es una situación bastante común. Los clientes potenciales no suelen tener tanto tiempo de disponibilidad para sus proyectos, por lo que ante esta situación suelen recurren a proveedores con la suficiente capacidad para atender su proyecto.
Altos costos y muchos defectos
Una de las ventajas que tienen las grandes empresas son sus eficientes sistemas de producción, y lo hacen gracias a sus enormes relaciones con proveedores y a su capacidad de establecer economías de escala, lo que al final las hace ser, en general, muy productivas. Muchas veces eso es exactamente lo contrario a lo que ocurre con las pymes, que generalmente deben operar con altos costos de operación y peligrosos márgenes de rentabilidad.
NO HAY QUE OLVIDAR…
Aspectos adicionales como tener la suficiente información del objetivo final del proyecto, presupuesto del que se dispone, tiempo de ejecución, entre otros, son clave para tomar la mejor determinación al momento de elegir al proveedor tecnológico que nos acompañará. Lo que es un hecho es que vivimos tiempo de apertura, con un universo de jugadores que, al final, aumentan las opciones para los consumidores. Y eso siempre será una buena noticia. Ahora es momento, quizá, de probar cosas nuevas y disruptivas, de darle una oportunidad a los jugadores que vienen empujando con nuevas ideas. Quién sabe; quizá haya sorpresas muy agradables.